El problema básico de la construcción de los botes y chalupas es su reducido tamaño. Por otra parte, toda la estructura interna queda al descubierto, y ello obliga a un trabajo de cierta envergadura y minuciosidad.
Vamos a exponer un método muy experimentado ya por modelistas clásicos y que ofrece resultados excelentes.
El primer paso consiste en tallar o modelar el casco macizo. Para ello podemos emplear dos sistemas: si el bote es pequeño, basta
con conformar una estructura de falsa quilla y cuadernas con las formas básicas, y rellenarla con masilla de modo que se forme un molde resistente sobre el que se pueda trabajar.
En el caso de que el bote sea de gran tamaño, habrá que tallarlo sobre un taco de madera.
Para este último caso recomendamos alguna madera blanda, compacta y fácil de tallar, bien en un sólo bloque o mediante listones pegados entre sí. La línea de la regala debe sobrepasarse en el molde para dar un cierto margen y facilitar al trabajo. Tallada ya la pieza, se pegará sobre un soporte en la cubierta, de modo que podamos trabajar con las manos libres. Como guía para tallar el molde usaremos plantillas de las formas principales, recortadas como negativos sobre contrachapado o cartón duro, para poder comprobar en todo momento que el trabajo se realiza según lo previsto.
Concluida esta fase en cualquiera de los dos casos expuestos, procederemos al verdadero trabajo de construcción. Primero se coloca un listón a todo lo largo de la línea de crujía, desde la roda al codaste. Esta pieza equivale a una sobrequilla que no se pegará al molde, sino que se clavará sólo con clavitos pequeños, salvando los espacios reservados para las cuadernas, que se construirán de una sola pieza mediante listones del grueso adecuado, curvados sobre molde y clavados en él por encima de la línea de la regala y la intersección con la línea de crujía; en este punto se aplicará algo de pegamento. La zona de popa se clavará sobre el molde.
De este modo queda conformada la estructura de la chulapa, que deberá ser alisada mediante lija, sobre todo en las formas de proa y popa, para que las tracas del forro asienten con facilidad. El forro se realizará como cualquiera otra maqueta. Utilizaremos clavitos de sujeción, dejando fuera su mitad superior para poderlos extraer posteriormente. Las tracas se pegarán a las cuadernas teniendo la precaución de que no se peguen al molde.
Para que el resultado de nuestro trabajo sea más efectivo utilizaremos dos forros: el interior, de tracas más estrechas que el exterior, para que todas las holguras del primer forro queden tapadas y el casco sea más robusto y resistente.
Toda la superficie del casco será enmasillada y lijada a conciencia, para no tener que hacerlo posterior- mente. Es ahora el momento de retirar todos los clavos y retirar el casco de su molde con la máxima precaución por si alguna pieza hubiera quedado pegada inadvertidamente.
Lijaremos el interior, redondeando los cantos de las cuadernas y suprimiendo las pequeñas astillas que siempre aparecen por causa de los clavos.
Pegaremos luego la quilla y la roda y cortaremos el sobrante de cuadernas, igualando la regala. Colocaremos también los cintones, los durmientes y la tapa de regala. Al tener una forma curva muy pronunciada en la proa, esta parte de la regala puede cortarse de una pieza para evitar tener que curvar la madera, operación muy difícil, sobre todo en piezas de regular anchura.
Cortaremos y adaptaremos todas las piezas del interior de la chulapa: castillo, alcázar, mamparos, curvas, etc., lijando y redondeando todos los elementos. Colocaremos las bancadas apoyando sus extremos en los durmientes, tallando y pegando las curvas que los unen a las bordas, así como el moliente para la maniobra de las anclas y la carlinga del mástil. Los últimos elementos, como argollas y cabillas, se dejarán para después del barnizado y pintura del interior.


ACCESORIOS


Cuanto más completo sea el equipo de la chalupa, más sensación de realidad obtendremos de nuestro modelo. Por tanto, no ahorraremos trabajo en esta fase de construcción, confeccionando los remos, mástiles, vergas, barriletes, incluso el rejón con su aparejo y herramientas tales como hachas y bicheros.
Los remos se han realizado en cuatro piezas aunque, pueden tallarse en una sola: un listón ancho para la pala, varilla redonda para el largo del remo o caña, un listón cuadrado para el guión y varilla redonda delgada para el puño.
El extremo de la caña que se une a la pala va cortado en su mitad a lo largo y afilado para encajar en ésta formando un bloque para lo que se lijará de modo que el conjunto aparezca como una pieza tallada. Con la unión de la caña y el guión procuraremos el mismo resultado encastrando ambas piezas mediante una espiga de madera o metal. En otro tipo de remos, caña y guión son la misma pieza, terminando directamente en el puño sin diferencia apreciable. Se pintan de blanco y se patinan con negro betún judaico o anilinas. En la lancha se sujetan en manojos atados al interior de las bordas.
El cabestrante para la maniobra de anclas de la chalupa es un madero de sección cuadrada que cruza la lancha en su mitad de borda a borda. Los extremos y el centro van rebajados en sus bordes dejando la zona de los orificios para las barras o palancas en su grueso original. Los dos extremos están coronados por sendas espigas de metal que juegan en unos ojales horadados sobre dos tacos de madera, uno a cada banda justo bajo la tapa de regala. Las barras del cabestrante son de varilla cilíndrica con uno de los extremos recuadrados para que encajen en los orificios practicados al efecto.
En cuanto a la labor de pintura, hemos utilizado colores acrílicos plásticos y satinados, por su mayor poder de cubrición y secado rápido. Para la pintura de adornos puede aplicarse óleo o cualquier esmalte acrílico de textura fina. Una vez pintado el modelo, conviene dar una capa suave de barniz, como protección.
Para dar una sensación de uso y desgaste, hemos empleado una pátina de betún judáico en la parte externa del casco, aplicada con brocha suave y retirándola con un paño limpio antes de secar. El mismo procedimiento es válido para los accesorios. Todos los elementos metálicos como argollas, abrazaderas o bisagras se pintarán con negro satinado. El interior de la barca puede dejarse con su tono natural de madera o pintarlo de rojo anaranjado, que es como se usaba normalmente. En este caso se ha utilizado para la mayor parte de las piezas internas una madera de color rojizo, tipo coral, igualando el resto con pintura. Un barniz satinado transparente es la terminación ideal de nuestro modelo.
La colocación de la chalupa en el barco obedece a razones de espacio disponible, que suele venir especificado en los planos de construcción. A veces se asienta sobre baos que atraviesan el pozo del combés; otras, sobre piezas especiales en la cubierta y, en ocasiones, cuando la chalupa es grande, apoyada sobre masteleros de repuesto a lo largo del pozo y aferrada a ellos mediante sogas.
El sistema que hemos explicado para construir una chalupa puede ser utilizado para todo tipo de embarcaciones de menor tamaño, lanchas, balleneras, chinchorros, etc. Incluso barcos de tamaño mediano en los que nos interese incluir los interiores completos, como pesqueros, goletas, cuters o pequeños clipers, pero dónde mejores resultados podemos obtener con este sistema es en barcos nórdicos, normandos o vikingos y en mediterráneos como las galeras antiguas.
Existe una gran cantidad de documentación sobre chalupas y barcos de este tipo. Una buena colección de planos aparece en la obra de Chapman:“Architectura navalis Mercatoria”.
Con todo tipo de documentación que podamos recopilar, y con el concurso de nuestra imaginación y nuestra experiencia, cuarquier dificultad que se pueda presentar en este tipo de cuestiones será resuelta con éxito.